Una sinfonía de culturas
2024-01-04PorKANGCAlQl
Por KANG CAlQl
La música es un vehículo a través del cual podemos entendernos mejor
Joseph William Polisi, educador musical que ganó el Premio Honorífico Vitalicio de los Premios Orquídea. Foto cortesía de Joseph William Polisi
EN septiembre pasado, el educador musical Joseph William Polisi ganó el Premio Honorífico Vitalicio de los Premios Orquídea, un galardón que reconoce la contribución de ciudadanos extranjeros en el intercambio cultural y el aprendizaje mutuo entre China y otras naciones. Polisi es miembro de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias, y presidente emérito y jefe de la cátedra de China de la Escuela Juilliard, un importante conservatorio de artes escénicas en Nueva York, la cual presidió durante 34 años (1984-2018), en la que fue la gestión rectoral más larga de su historia. Tras haber dejado el cargo en junio de 2018, Polisi supervisa actualmente el desarrollo general de la Escuela Juilliard de Tianjin, ubicada en el municipio chino de Tianjin,cerca de Beijing.
Según el comunicado ofrecido por los organizadores de los Premios Orquídea, Polisi utiliza la música para componer una afectuosa sinfonía sobre los intercambios entre los pueblos de China y Estados Unidos. “Los objetivos y la misión únicos de los Premios Orquídea representan los más altos estándares internacionales del intercambio cultural y manifiestan la importancia de la comunicación continua entre los pueblos del mundo, a fin de garantizar la armonía, la comprensión y la paz para todos nosotros en este problemático pero hermoso planeta”,dijo Polisi en su discurso en la ceremonia de premiación.
“Mi educación en las áreas de relaciones internacionales y música me ha llevado a una búsqueda permanente para comprender las diversas culturas que existen en el mundo. El contacto personal, el discurso reflexivo y el respeto por nuestras diferencias inherentes nos permitirán entender los matices que definen nuestras personalidades culturales individuales”, señaló.
El artista como ciudadano
Nacido en el seno de una familia de músicos, Polisi ha estado expuesto a la música desde la infancia. “Estudié piano cuando era joven y luego comencé a tocar seriamente el fagot hasta el séptimo grado”, recordó. Finalmente, Polisi decidió continuar sus estudios en la Universidad de Yale, donde obtuvo un doctorado en Artes Musicales en 1980.
Aparte de la música, también consiguió un bachillerato universitario en letras en Ciencias Políticas de la Universidad de Connecticut y una maestría en Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho y Diplomacia de la Escuela Fletcher de la Universidad Tufts. Polisi, quien ha escrito numerosos artículos académicos y educativos para una variedad de revistas profesionales y habla frecuentemente sobre temas artísticos y educativos,manifestó que cree firmemente en que sus estudios y su formación intelectual mejoraron sus habilidades como músico y administrador educativo.
La Escuela Juilliard, fundada en 1905 y luego bajo el liderazgo de Polisi,se ha convertido en un proveedor de educación artística de influencia mundial para músicos, bailarines, actores,compositores, coreógrafos y dramaturgos. Durante su mandato, Polisi puso gran énfasis en la formación de los estudiantes en el emprendimiento y la responsabilidad social.
En un discurso en 2005, propuso la idea del “artista como ciudadano”,a través de la cual llamó al mundo de la música clásica a acercarse más a la sociedad en general. Esta filosofía ha sido reiterada y subrayada por él desde entonces y ha tenido un gran impacto en el campo de las artes escénicas.
Según Polisi, durante su mandato,los estudiantes de Juilliard debían llevar adelante proyectos de servicio comunitario, como realizar presentaciones en hospitales, residencias de ancianos y escuelas. “En la mayoría de los casos, los estudiantes necesitan una gran concentración para practicar,generalmente de seis a ocho horas al día sin descanso. Esto es indispensable para llegar a ser un buen intérprete,pero también tiende a causarles una falta de preocupación por el entorno y la sociedad que les rodean”, explicó.“Los artistas deberían salir del escenario, entrar en las comunidades y generar un impacto en el desarrollo social,aunque es probable que los efectos tarden décadas o incluso más en verse”.
De Nueva York a Tianjin
4 de julio de 2022. Primer concierto al aire libre de la Escuela Juilliard de Tianjin. Cnsphoto
“La música me ha convertido en una persona más curiosa y feliz. Me ha permitido crear programas que han mejorado la calidad de vida de muchas personas en todo el mundo, ya sea en Nueva York o en China. Por eso, es una gran bendición para mí estar involucrado profesionalmente en el arte de la música”, señaló Polisi en una entrevista con el semanarioBeijing Review.
Para Polisi, la música juega un rol especial en el intercambio cultural. “He visto cómo la música ha eliminado barreras de comunicación que, de otro modo, parecían insuperables”, aseguró. En sus primeros años como presidente de la Escuela Juilliard, Polisi impulsó la realización de una gira orquestal a China en 1987. Fue la primera gira orquestal de un conservatorio estadounidense en nuestro país e incluyó actuaciones, clases magistrales conjuntas, talleres y conciertos de cámara en colaboración con conservatorios hermanos en Beijing, Shanghai, Guangzhou y Hong Kong.
En opinión de Polisi, Juilliard es una escuela internacional. “Más de 800 artistas de 54 países se han matriculado en el último año en la Escuela Juilliard (de Nueva York) y alrededor del 30 % de nuestros estudiantes son extranjeros. Pero mientras no saliésemos al mundo, no íbamos a ser lo que yo llamo una escuela global. Así que la idea de tener un campus filial era realmente hacer eso: comprometernos con algún lugar. Y resultó ser Tianjin, lo que le mostró a China que estábamos muy comprometidos en brindar una auténtica experiencia de enseñanza de Juilliard a nuestros estudiantes y al público”, subrayó Polisi aBeijing Review.
Solo en términos de educación musical, la Escuela Juilliard de Tianjin ha implantado el concepto de enseñanza básica de la escuela preparatoria de la Escuela Juilliard de Nueva York y ha probado diferentes combinaciones de cursos de aprendizaje. Según Polisi, bajo este modelo educativo, el 40 % de los graduados preuniversitarios de la escuela en Tianjin van a las universidades más competitivas de Estados Unidos, como Harvard, Yale, Princeton y Stanford. Esta proporción es incluso mayor que la de la Escuela Juilliard de Nueva York.
La Escuela Juilliard de Tianjin se ha vuelto una importante plataforma para el intercambio cultural entre los pueblos de China y Estados Unidos. Desempeña un papel único en la profundización del entendimiento mutuo entre los dos países, convirtiéndose en una característica distintiva de Tianjin.
“Cada vez que vengo a Tianjin, puedo sentir su desarrollo y sus cambios.Tianjin es una ciudad con un rico patrimonio cultural y una combinación de elementos chinos y occidentales. Hace unos años, tuve el honor de convertirme en ciudadano honorario de Tianjin.Por lo tanto, donaré todo el dinero que reciba de los Premios Orquídea a la Fundación para el Desarrollo Educativo de la Escuela Juilliard de Tianjin, a fin de apoyar su futuro programa de arte”,anunció Polisi.
En su opinión, la música es, en términos del intercambio cultural, un vehículo natural a través del cual podemos entendernos mejor. La música es un lenguaje universal. “Puedes entenderla sin importar el idioma que se hable.Así que compartir ideas, conceptos, actuaciones y educación crea un entorno muy rico para el intercambio cultural”,enfatizó Polisi. “Me encanta trabajar en China y siento un gran potencial para una mejor comprensión intercultural, lo cual es una parte importante de lo que creo que finalmente será, espero, un ambiente de mayor paz mundial”.