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Fengdu, un distrito que sale adelante

2019-09-12PorVERENAMENZEL

今日中国·西班牙文版 2019年9期

Por VERENA MENZEL

El capital, el espíritu emprendedor y la educación son factores importantes en el desarrollo de las zonas pobres del país

Gracias al desarrollo del turismo, la aldea de Lüchunba muestra su belleza.

EN estas cuatro décadas de política de reforma y apertura, China ha logrado un milagro económico llamativo. Empero, también ha pagado el precio de haber desarrollado primero sus zonas oriental y costera. Mientras que dichas áreas consiguieron un acelerado desarrollo y han impulsado una revolución digital, en el centro y occidente del país el desarrollo todavía está muy rezagado.

Debido a este desequilibrio, hay una gran demanda de mano de obra en las ciudades desarrolladas, a donde acuden a trabajar muchos agricultores. Esto es un problema para muchos niños del campo, quienes se quedan sin la compañía de sus padres. Es así como aparecen las “aldeas vacías”.

A fin de cambiar esa situación, el Gobierno chino ha aplicado en los últimos años una serie de planes para que las zonas atrasadas puedan alcanzar el nivel de las desarrolladas. A finales de 2020, China espera liberar a más de 700 millones de personas de la miseria y materializar la erradicación de la pobreza absoluta.

¿Cómo lo llevará a cabo? Para encontrar una respuesta visitamos Chongqing, en el suroeste de China.

Detrás del paisaje pastoril

Chongqing, un municipio directamente subordinado al Gobierno central, está densamente poblado y presenta una economía desarrollada. Nos dirigimos al distrito de Fengdu, con características rurales, a dos horas en coche del Aeropuerto Internacional de Chongqing.

Fengdu tiene una población de 830.000 habitantes y está situado en medio del famoso embalse de las Tres Gargantas. El río Yangtsé atraviesa el valle con una exuberante vegetación. En 2002, Fengdu fue enlistado como distrito pobre a nivel nacional. Aunque en los venideros 15 años hubo considerables cambios y en 2017 consiguió salir de aquella lista, hay todavía una gran diferencia en el nivel de vida de la ciudad y el campo, y muchos problemas aún deben resolverse.

Fengdu enfrenta también el problema de las “aldeas vacías”. Además, las desfavorables condiciones geográficas en algunas de sus zonas dificultan el desarrollo de una agricultura moderna: la mayoría de sus 30 poblados todavía están atrasados económicamente.

Con el fin de resolver los problemas existentes y consolidar los logros alcanzados, el gobierno local viene aplicando medidas innovadoras y apropiadas a las circunstancias de su lugar, y ofreciendo un buen ejemplo en materia de asistencia contra la pobreza.

Una nueva vitalidad

Nos dirigimos en coche a la aldea de Lüchunba, a 30 km de Fengdu. Durante el recorrido pasamos por el río Longhe, afluente del río Yangtsé. Al llegar a Lüchunba nos encontramos primero con un lugar de 18 familias, aunque solo 10 de ellas viven realmente en la aldea. Debido a las pocas fuentes de ingresos, la mitad de sus pobladores ha migrado a las ciudades.

Zhu Xiaodong, vicedirector del cantón de Sanjian, que administra a Lüchunba, explicó que esta tiene una contada producción debido a la poca tierra de cultivo. Los edificios construidos en las décadas de 1950 y 1960 son hoy zonas peligrosas debido a su antigüedad y falta de mantenimiento. La gente que se ha quedado en la aldea son adultos mayores que han perdido ya la capacidad de laborar y a quienes les cuesta reparar las casas peligrosas. Por lo tanto, esta pequeña aldea parece condenada a la desaparición.

Sin embargo, Yang Ming, primer secretario de la célula del Partido Comunista de China (PCCh) acreditado en Lüchunba, ha hecho una propuesta que busca cambiar el destino de la aldea. A su consideración, se debe aprovechar la cercanía de la aldea con Chongqing para darle un valor turístico y beneficiar a sus lugareños. Yang Ming, junto con sus colegas y aldeanos, ha elaborado un plan: desarrollar simultáneamente la preservación de reliquias, la protección ambiental y el crecimiento económico.

El entorno residencial de Lüchunba viene cambiando.

Con el fondo designado por el Estado para la preservación del medio ambiente, se espera mejorar el entorno de la aldea. Se han levantado huertos de flores y construido caminos y puentes de bambú sobre arroyos, modernos baños públicos y quioscos con galerías. Un hostal agroturístico está por ser construido.

No solo han mejorado el ambiente de residencia, sino que han elevado también el valor del turismo local. Al reparar las casas viejas se busca paliar la carencia de capitales. Una empresa de turismo de Fengdu ha ofrecido fondos para la reparación y renovación de las casas viejas siguiendo el estilo tradicional local. “Si los aldeanos deciden trasladarse a la ciudad, pueden alquilar sus casas reparadas o encargarlas a una compañía especializada por cierto tiempo para así participar en la distribución de beneficios”, señala Zhu Xiaodong.

El turismo en Lüchunba se viene desarrollando vigorosamente. Los aldeanos confían en que su aldea será una perla verde en el distrito y ofrecerá un sitio de descanso que apunta sobre todo a los habitantes de la cercana ciudad de Chongqing.

El acelerado desarrollo urbano genera un mayor capital. Una parte de este circulará mediante la inversión directa de empresas o el consumo de los turistas en el campo, todo lo cual promoverá el desarrollo económico rural. El alquiler de casas reparadas, los restaurantes con carácter particular, los productos especiales autóctonos y las artesanías contribuirán a mejorar el ingreso de los agricultores.

Espíritu emprendedor en el campo

Vale la pena mencionar que hoy no solo el capital de las ciudades llega al campo, sino también su espíritu emprendedor. Zhang Yuan, nacido en 1986 en el poblado de Xingyi del distrito de Fengdu, representa muy bien a los jóvenes emprendedores de la zona.

Al igual que otros agricultores jóvenes, después de graduarse de la escuela secundaria, Zhang Yuan se fue a la ciudad a ganarse la vida. En 2003 llegó con su prima a Beijing, donde trabajó como camarero y posteriormente como empleado independiente en ventas de larga distancia.

Yang Ming visita la casa de Yao Guilin para conocer la pobreza en que vive.

He Lianhua (der.), de 35 años de edad, junto a su hijo menor en la clase de “Escuela para padres”.

En 2010 Zhang Yuan decidió regresar a su pueblo natal para estar cerca de sus padres y casarse. Así fue como llevó el espíritu emprendedor que había visto en Beijing. “Cuando regresé a la aldea busqué abrir una tienda, pues no quería ganarme la vida solo como trabajador rural”, recuerda Zhang. El año pasado, Zhang Yuan participó en una capacitación de venta en línea de productos agrícolas locales. Hoy es uno de los cien agentes de comercio electrónico de Fengdu. Este proyecto, con asistencia del gobierno local, está siguiendo los pasos del comercio electrónico de las ciudades.

En las ciudades chinas, el comercio electrónico desempeña hoy un gran papel. Sin embargo, muchos agricultores aún no se benefician de este. Huang Hong, subdirector del comité de negocios de Fengdu, explica que eso se ha debido a la difícil condición de los envíos de mercancías a domicilio. La situación ha ido cambiando. En 2017 se estableció un centro de distribución de paquetes en el distrito de Fengdu, donde las grandes empresas chinas del ramo cargan y descargan paquetes y los agentes de comercio electrónico empiezan a enviarlos. Ellos no solo venden productos agrícolas locales a través de Internet, sino que también son una conexión entre los productores y el centro de distribución.

Cada día Zhang Yuan y sus colegas sacan paquetes del centro y los envían a las aldeas. Asimismo, reúnen los productos agrícolas reservados, los empaquetan y los hacen llegar al centro. Zhang Yuan y sus colegas juegan el papel de nudo de conexión.

“Ahora los paquetes no demoran 24 horas en llegar al centro y luego son enviados a todas partes del país”, dice con orgullo Huang Hong. Zhang Yuan, quien es padre de dos niños, ha podido cumplir sus sueños de emprendimiento gracias al comercio electrónico. “Gano igual que cuando trabajaba en la ciudad, pero ahora puedo estar junto a mi familia”, menciona.

Escuela para padres

La enseñanza es clave para crear riqueza e igualdad de oportunidades. En este terreno el distrito de Fengdu ha cosechado logros en los últimos años. Para reducir la brecha con las ciudades, el gobierno distrital mantiene una actitud de apertura.

Al aplicar un nuevo concepto de enseñanza, muchas aldeas como la de Daxi, en el poblado de Huwei, han tenido beneficiosas experiencias. “En comparación con otras escuelas, hay una distancia tanto en equipos como en la calidad de las asignaturas”, apunta Hu Xiaofei, subdirector del departamento de educación moral de la Escuela Secundaria Bingjiang. “Además, 22 menores de los 65 de toda la aldea son mantenidos aún por sus abuelos, pues sus padres trabajan fuera del pueblo natal. Sus edades comprenden de los 3 a los 17 años”.

China ha conseguido dar un gran salto en estos 40 años y entre generaciones existen grandes diferencias. El subdirector del sindicato de la Escuela Secundaria Bingjiang, Qin Jiaxiong, señala que esa diferencia se muestra sobre todo en los medios de enseñanza. Él proviene de la ciudad y llegó a la aldea de Daxi a apoyar las medidas de asistencia contra la pobreza a través de la enseñanza.

“Al llegar me di cuenta de que los aldeanos no conocían nada sobre el moderno modelo de enseñanza. Los padres trataban a sus niños de forma sencilla y violenta, incluso les pegaban y encerraban, lo cual no es bueno para el crecimiento de ellos”, dice Qin, quien lleva 25 años en el campo de la educación. “La asistencia contra la pobreza a través de la enseñanza debe empezar con los padres, y luego ellos pueden impartir y orientar de forma correcta a sus hijos”. Sobre la base de este concepto, Qin propuso un plan de enseñanza: educar a los padres, es decir, invitarlos a las clases. Por ello, en el local se ha levantado una escuela para padres que ofrece cada mes cursos gratuitos sobre educación, trabajo en equipo, sinceridad, independencia, sentido de la responsabilidad, desarrollo de la autoconfianza, objetivos en la vida, entre otros temas.

He Lianhua, de 35 años, acude a la escuela de padres. Tiene dos hijos de 15 y 5 años. Como ella trabajó ocho años en la provincia de Guangdong, su hijo mayor fue criado por los padres de He. Su marido conduce camiones, por lo que no suele estar en casa. “Mi hijo mayor es casi un desconocido para nosotros. Me cuesta mucho enseñarle. Pero menos mal ingresé en esta escuela en la que puedo entender cómo educar a mis hijos”, revela.

La experiencia de trabajar en la ciudad ha hecho que He Lianhua tenga una amplia visión, por lo que espera que sus hijos puedan tener un mejor futuro. A su parecer, esta escuela proporciona una buena plataforma para el cumplimiento de ese deseo.

El pedagogo Qin Jiaxiong ha editado materiales sobre los nuevos modelos de enseñanza y los ha promovido por las zonas pobres. Una primera serie de proyectos inspirados en la escuela de padres han sido puestos en marcha en Fengdu.

El ejemplo de Fengdu demuestra que el capital, el espíritu emprendedor y la educación son factores importantes en el desarrollo de las zonas pobres de China. Viéndolo a largo plazo, solo un desarrollo común, es decir, que las zonas más pujantes ayuden a las de menores ingresos, puede llevar a cabo una auténtica igualdad y un desarrollo más sostenido. Por lo tanto, se debe garantizar que los capitales y recursos sean verdaderamente usados y no se malgasten a medio camino. Bajo esa condición, China aprovecha su propia fuerza para salir del apuro del desarrollo desequilibrado y materializar la gran causa de la asistencia contra la pobreza.