Donde China va, el mundo también irá
2020-05-12PorROBERTSANDFORD
Por ROBERT SANDFORD*
SIEMPRE que las conversaciones de las altas esferas se enfocan en estrategias nacionales o regionales para el manejo de los problemas medioambientales relacionados con el agua, muchos se sienten obligados a mirar una y otra vez hacia China como el modelo a seguir, a fin de imaginar y crear un futuro sustentable para toda la humanidad. ¿Por qué? Porque donde China va, el mundo también irá.
Clave para el desarrollo global
La meta, como China lo ha resaltado claramente, debería ser crear una civilización ecológica mundial. China no tiene que hacerlo sola. Hay mucho que podemos aprender al trabajar juntos en problemas comunes que todos enfrentamos.
al evaluar el progreso de China en el ámbito de la sustentabilidad es útil examinar un reportaje reciente, La guerra china contra la contaminación y qué viene después, el cual fue publicado por el Instituto Internacional para el Desarrollo Sustentable (IISD, por sus siglas en inglés) en julio de 2018. El reportaje reconoce acertadamente que lo que China viene haciendo es clave para el avance del desarrollo sustentable a nivel global. También resalta que China se ha propuesto objetivos ambiciosos orientados a cumplir con la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, el cual incluye un amplio compromiso con el acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Estas acciones, anota el reportaje, entran en un concepto en evolución que China está compartiendo con el mundo orientado a crear una “civilización ecológica”.
El reportaje del IISD también incluye la preocupante conclusión de que el stock de capital natural a nivel global está decayendo a un ritmo alarmante: entre el 25 al 30 % tan solo en la década anterior. Esta pérdida tiene que ser entendida como una enorme amenaza para China y sus aspiraciones para renovarse económica y socialmente, pero también para el resto del mundo.
Un análisis claro de los pilares de la civilización ecológica revela que el orden de prioridades nacionales para China está cambiando. Los tres pilares del desarrollo sustentable son crecimiento económico, desarrollo social y mejoras en el medio ambiente. Esto no es nada sorprendente, pues es el orden de prioridades en la mayoría de países del mundo. China se diferencia, sin embargo, en que ahora parece capaz de enfocarse en nuevas prioridades y cambiar sus directivas políticas rápidamente. Cualquier análisis de la civilización ecológica debe también tomar en cuenta su cultura dentro del contexto de su actual modelo proactivo de gobierno. China termina lo que empieza.
En un contexto más amplio, la idea de una civilización ecológica es la máxima expresión de un verdadero desarrollo sostenible. En esencia, la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU considera la ecología moral y biológica también. Las metas de desarrollo sustentable (sustainable development goals, SDG) forman un conjunto orgánico. Cada uno de sus 17 distintos elementos mantiene una relación directa con los demás. Debido a la importancia del agua para la vida, sin embargo, el SDG-6 perteneciente al agua es fundamental para todas las demás metas y es particularmente relevante en el contexto de la más peligrosa de todas las amenazas para todo el proyecto de sustentabilidad global: el cambio climático. Va a ser principalmente mediante el tratamiento del agua que la humanidad será capaz de tratar la amenaza climática.
Los argumentos que sustentan esta postura son muy sencillos. El agua líquida, la nieve y el hielo responden directa, visible y mensurablemente a la temperatura. Lo que le pase a nuestra agua, nos dirá lo que le está pasando a nuestro clima y a nuestro mundo. Pero no es solo que el agua sea importante, sino lo que hace. Uno de los más importantes descubrimientos científicos en lo que va del siglo es que los ecosistemas intactos absorben los efectos del clima. Investigadores en Canadá han demostrado que los sistemas intactos allí han absorbido 4 °C de calentamiento sin cambios significativos en los regímenes hidrológicos. Lo que esto sugiere es que mientras la ingeniería dura es fundamental, un suministro seguro de agua potable y saneamiento para todos debe ser visto como un cristal alrededor del cual la idea más grande de la civilización ecológica pueda crecer.
Nuestra situación global ahora es tal que ya no podemos darnos el lujo de tratar los problemas a los que nos enfrentamos al mismo tiempo. Hay una oportunidad de liderazgo aquí. La visión de futuro y la ingeniería serán indispensables para proveer suministros seguros de agua y saneamiento. Si esa ingeniería es desarrollada de la mano con la restauración de las funciones de los exosistemas, ayudará a absorber los impactos climáticos y aminorar el daño a la infraestructura de eventos extremos, así entonces será capaz de ayudar a tratar muchos de los desafíos más apremiantes del desarrollo sustentable al mismo tiempo.
Dos aldeanos de Yangzhuang del distrito de Linquan, provincia de Anhui, riegan el campo a pesar de la sequía que se extiende.
Para este fin la ONU llama a un “imperativo de restauración”. además de aumentar las reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero, el imperativo llama a no solo la protección, sino también a la restauración inmediata de las funciones primordiales de los ecosistemas para que podamos restaurar el balance en el mundo y salir de la crisis climática.
Una civilización ecológica mundial
La meta, como China lo ha resaltado claramente, debería ser crear una civilización ecológica mundial. Dejar que la restauración sea nuestro imperativo. China no tiene que hacerlo sola. Hay mucho que podemos aprender al trabajar juntos en problemas comunes que todos enfrentamos. El programa de investigación Global Water Futures centrado en Canadá, por ejemplo, está trabajando con la Academia China de Ciencias para ayudar a determinar el suministro futuro de agua para la meseta Qinghai-Tíbet, que es donde nacen la mayoría de los ríos de China, ya que el clima mundial cambia y la nieve, el permafrost y los glaciares disminuyen y se pierden. Los beneficios de dicho desarrollo en conjunto nos beneficiarán a todos. También tenemos la Dublin Charter for One Health del Consejo de InterAction para guiarnos. También tenemos, por último, una exhaustiva definición de lo que el desarrollo sustentable realmente significa y defiende; y un calendario firme para lograr la sustentabilidad mundial. Pero todos debemos reconocer la urgencia de actuar.
El desarrollo sustentable ha sido definido de muchas formas, pero la definición simple más citada viene de
Nuestro futuro común, también conocido como el Informe Brundtland: “El desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”. Lo que cruzar el umbral hacia nuevos regímenes climáticos significa es que debemos primero –y en un alcance muy real– restaurar el mundo tal cual lo conocíamos antes de que podamos empezar a cumplir los términos de la definición de Brundtland de lo que ser sustentable significa. Literalmente tenemos que ir hacia atrás para poder ir hacia delante de nuevo. Lo que la pérdida de la estabilidad hidroclimática nos dice es que la verdadera sustentabilidad podría estar más allá de nuestro alcance si no tomamos las acciones correctas ahora, empezando por cómo tratamos el agua.
El desarrollo sustentable, como fue definido por Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aclara que a menos de que todos tomemos ahora las mismas metas en común seriamente e implementemos acciones significativas y mensurables a nivel nacional en cada país del mundo, no lograremos la sustentabilidad global. Esto significa que no puede haber rezagados, sobre todo en los países desarrollados. También significa que el mundo no puede darse el lujo de dejar a nadie atrás. Y una vez más, donde China va, el mundo también irá.