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Cooperación para disminuir la pobreza

2020-01-08PorGUOCUNHAl

今日中国·西班牙文版 2020年1期

Por GUO CUNHAl*

En el contexto de la globalización, el desarrollo social y la gobernanza, la integración cultural y la cooperación son temas de interés general para los lectores. Debido a este hecho, y en cooperación con la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos (CECLA), a partir de este número abrimos la subsección “Diálogo”, en la que un experto chino y uno extranjero analizarán y debatirán un tema específico. El tema de este número es el aprendizaje mutuo sobre el desarrollo chino-latinoamericano.

-La redacción

China y América Latina deben encaminarse hacia una cooperación más amplia en distintas áreas del desarrollo social y económico

Guo Cunhai.

El desarrollo centenario de China se beneficia de absorber y acumular experiencias de todos los países.

EL año 2020 se presenta como un hito en la historia china, pues es el año de la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y, a la vez, el ciclo en el que se busca cumplir este objetivo de lucha fijado para el primer centenario. Además, es el año en el que se prevé iniciar la nueva marcha a la modernización socialista de nuestro país en todos los aspectos y -por consiguiente- lograr el objetivo para el segundo centenario.

El desarrollo centenario de China se beneficia de absorber y acumular experiencias de todos los países y ofrece sugerencias para que otras naciones busquen el camino y modo apropiados para ellos. En este aspecto, China mantiene siempre una actitud de apertura y se complace al ver diálogos entre distintas civilizaciones.

Nuevo tipo de cooperación e intercambio chino-latinoamericano

China es actualmente el mayor país del mundo en desarrollo y América Latina (AL) es la zona con más cantidad de países en vías de desarrollo. AL desarrolló antes de China la industrialización y modernización, por lo que ha acumulado ricas experiencias y lecciones en el camino hacia el desarrollo. China ha explorado un camino que es conveniente para nuestro país, pese a que anteriormente había tomado caminos sinuosos. En los primeros 20 años del siglo XXI, el desarrollo de China ha tenido una conexión cada vez más estrecha y cercana con el de AL. El paso del tiempo evidencia que nuestro país y América Latina constituyen una comunidad con intereses comunes.

En un futuro período la relación chino-latinoamericana escalará nuevos peldaños, se llevará a cabo el desarrollo sostenible y se espera construir un nuevo tipo de relación cooperativa cuya clave será el aprendizaje mutuo, mediante el intercambio y coordinación conjunta. En este sentido, el desarrollo y aprendizaje mutuo son el nuevo contenido en el futuro diálogo entre las civilizaciones china y latinoamericana, y la cooperación para la disminución de la pobreza servirá como “vanguardia”. De hecho, “la velocidad de una flota no depende del barco que marcha con mayor rapidez, sino del barco que más lento avance”, por lo que resulta clave que la reducción de la pobreza se nutra del desarrollo inclusivo.

El campo escalonado del poblado de Sheguxiang, en la provincia de Guizhou.

En vista de que el trabajo de disminución de la pobreza en AL ha entrado en un período de “cuello de botella”, aún hace falta evidentemente una mayor fuerza para lograr los objetivos trazados. En vista de la actual situación, algunos países latinoamericanos no podrán cumplir la meta de reducción de la pobreza definida en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible de la ONU, pues la reducción de la pobreza en AL depende principalmente del pago transferible, y los proyectos y planes dependen mucho del financiamiento gubernamental. La incertidumbre económica es otro lastre que deja a los países latinoamericanos sin capacidad para afrontar rigurosos retos, por lo que urge la introducción de nuevos conceptos al respecto.

China, por su parte, enfrenta la ardua tarea de que tras 2020, el programa de reducción de la pobreza rural se transformará de “ayuda contra la pobreza” a “prevención de la pobreza”. Según la propuesta de los referidos objetivos, se prevé que la población rural que según los estándares nacionales vigentes vive en la pobreza, haya salido de ella en este 2020. La población pobre de China se redujo de 98,99 millones en 2012 a 16,6 millones hacia fines de 2018, es decir, un 85 % de la población pobre se liberó de dicho flagelo. Sin embargo, China es el mayor país en desarrollo y la tarea de reducción de la pobreza es pesada y el camino es largo.

Amplio espacio de cooperación

Ante el reto común existe un gran espacio de cooperación entre China y AL. Y esa cooperación puede ponerse en marcha desde dos aspectos: compartir la teoría y las experiencias y elevar la capacidad de administración.

Primero, compartir experiencias y lecciones acumuladas en el diseño al más alto nivel y en la elaboración de políticas y prácticas es algo necesario y favorable para ambas partes. La “actuación afinada en la prestación de ayuda contra la pobreza” y la “ayuda a los necesitados en materia de recursos de desarrollo” son valiosas contribuciones de China en la misión de reducir la pobreza en el mundo.

La ayuda destinada a la pobreza propuesta y practicada por China se basa en la “personalización” de la población pobre, verlos como personas individuales y casos específicos, así como tipos concretos de causas de pobreza. En AL se manejan múltiples aspectos sociales para dicha tarea, tales como ingresos, enseñanza, empleo, garantía social, vivienda, entre otros. Tanto la “asistencia destinada a la pobreza” como la “ayuda contra la pobreza en múltiples dimensiones” tratan de clasificar detalladamente a los grupos de población pobre y analizar los motivos que causan la pobreza y los factores que frenan el desarrollo, con el fin de elaborar medidas más eficaces y de especificidad.

El plan de las transferencias monetarias condicionadas de América Latina, que se enfoca en invertir en la salud de las personas y en evitar la transmición generacional de la pobreza, inspira al Gobierno chino. Desde la década de 1990, América Latina impulsa innovaciones en mecanismos de ayuda contra la pobreza. El núcleo del plan es que se firme un “pacto social” entre el Gobierno y las familias pobres, y aquellos en el poder asignen mensualmente subsidios en efectivo a las familias pobres bajo la condición de que estas envíen obligatoriamente a sus hijos a la escuela, o al hospital a que les hagan exámenes médicos periódicos o mejoren su canasta básica alimenticia. La ventaja de esta iniciativa es que tanto el Gobierno como las familias beneficiadas asumen conjuntamente las responsabilidades. El impulso de dicho plan en AL cuenta con la ratificación del Banco Mundial y ejerce influencia en los países de África y de Asia del Este.

Segundo, la cooperación chino-latinoamericana en la reducción de la pobreza debe romper el marco tradicional de la cooperación Sur-Sur. Por otro lado, es inevitable fomentar el intercambio y el aprendizaje mutuo. Sin embargo, ante el insuficiente poder de ejecución en la mayoría de los países latinoamericanos, promover la construcción de la capacidad administrativa y elevar la sostenibilidad de la disminución de la pobreza son aspectos indispensables para fomentar la cooperación. Además, los modos de dicha cooperación deben respetar el principio de diversificación, a fin de establecer un sistema compuesto por múltiples niveles y dimensiones. En vista de que China tiene un alto consenso con los países latinoamericanos en la multidimensionalidad, dicha cooperación no debe limitarse a incrementar ingresos, sino también a efectuar una cooperación más amplia en distintas áreas del desarrollo social y económico.